Cómo reducir el consumo en iluminación (II)

Descubre todos los tipos de bombillas que existen para que puedas iluminar tu hogar mientras ahorras.

Diferencias entre comercializadora y distribuidora

En el mercado podemos encontrar diferentes clases de bombillas y pensadas para diversas funcionalidades. Según nuestra elección, no sólo tendremos una mejor iluminación, también conseguiremos ahorrar o derrochar energía. ¿Dispuestos a descubrir vuestra bombilla ideal?

En nuestro post Ahorrar en la factura de luz: trucos para reducir el consumo de tu iluminación I ya os indicamos que uno de los errores más frecuentes (y que más encarecen nuestro consumo en iluminación) es confundir peras con manzanas, o lo que es lo mismo, lúmenes con vatios. El primero hace referencia a la “luz que da” la bombilla mientras que el segundo es la cantidad de electricidad que necesita para “dar luz”, es decir su consumo. Por lo tanto ¡no os olvidéis de escoger los lúmenes necesarios para cada su uso!

De nada sirven bombillas económicas si tu tarifa no lo es:¡Descubre tu ahorro!

Y ahora sí, sin perder este concepto de vista, vamos a ver y a analizar los principales tipos de bombillas:

Bombillas incandescentes

Son las más comunes, podríamos decir que son las de “toda la vida” . Evidentemente son también las más antiguas en tecnología y por tanto las menos eficientes. Cuentan con un filamento en su interior que se ilumina al calentarse. Pero ¡ojo! Sólo el 5% de la energía que consume se dedica a la luz, la mayor parte (el 95%) “se pierde” produciendo el calor necesario para calentar el filamento. Eso sí, son las más baratas del mercado y su luz es ligeramente amarillenta.

Su futuro en el mercado tiene las horas contadas por su baja eficiencia energética y su corta duración.

Bombillas halógenas

Son las conocidas como “ojos de buey” o “focos” y por regla general las encontramos empotradas en los techos. Su luz es blanca y focalizada por lo que suelen utilizarse para iluminar objetos o lograr una iluminación ambiental.  Tienen un alto consumo y desprenden mucho calor, en cambio tienen una gran capacidad de iluminación ¡así que nos las miréis directamente!

Su duración dobla a las lámparas incandescentes llegando a las 3.000 horas y pueden incorporar reguladores de potencia que optimizan su rendimiento. Su precio es superior a las anteriores pero generalmente inferior a las bombillas de bajo consumo.

Tubos fluorescentes

Fácilmente reconocibles por su forma alargada y su luz difusa. Su consumo es un 80% menor que el de las bombillas incandescentes lo que les convierte en amigos ideales para habitaciones donde la luz está encendida muchas horas, como por ejemplo la cocina.

Su duración es muy superior a las de las incandescentes (entre 8 y 20 veces superior) sin embargo el número de encendidos reduce considerablemente su vida. También debemos tener en cuenta que tardan unos segundos en encenderse y pueden parpadear.

Bombillas de bajo consumo

Es el resultado de trasladar la tecnología de los tubos fluorescentes a una bombilla, por lo que sus ventajas e inconvenientes son los mismos. Sufren con el número de encendidos por lo que no son recomendables para habitaciones donde la luz se encienda o se apague con frecuencia, por ejemplo, el baño o el pasillo.

Su precio es bastante mayor que el de las bombillas convencionales pero su eficiencia energética (y por tanto nuestro ahorro final) es mayor.

Bombillas LED

Son las “nuevas” en el mercado y aunque su precio es muy alto su duración casi eterna y su escaso consumo eléctrico nos permiten amortizarlas en muy poco tiempo. Prácticamente no desprenden calor y por su alta eficiencia energética son ideales para todas las habitaciones de la casa. ¿Queréis saber cuánto os ahorrarías con LEDs? ¡Nosotros también! Por eso le hemos pedido a nuestra experta Verónica Amorós (Directora de Eficiencia Energética de EcoIlumina2) que nos prepare una comparativa completa. ¡No os la perdáis!