Casas pasivas: construir pensando en el futuro

Las casas pasivas o Passivhaus son un tipo de viviendas sostenibles edificadas bajo un estándar de construcción específico, que debe cumplir con unas exigencias energéticas. Hoy os explicamos por qué están más de actualidad que nunca y por qué serán claves en la construcción ecológica en el corto plazo.

Uno de los hits en los meses de confinamiento fue el debate sobre si este episodio nos serviría para replantear el modelo de convivencia en el ámbito social, económico o cultural. También a nivel energético ha habido una discusión recurrente sobre si el parón puede servirnos para replantear nuestros patrones de producción y consumo en relación con las necesidades energéticas. En este sentido, reconsiderar cómo enfocamos el aprovechamiento de la energía se presenta más clave que nunca en la manera de diseñar, construir y adaptar nuestras viviendas.

Hace un tiempo ya hablamos en este post sobre la arquitectura pasiva y sus características y hoy queremos retomar el concepto para ahondar en las Passivhaus o casas pasivas, una de las propuestas más atractivas de la arquitectura sostenible. ¿En qué punto se encuentran este tipo de construcciones eficientes? ¿Son ya una realidad o todavía una opción exclusiva? ¿Qué efectos tienen a nivel medioambiental? Os lo contamos a continuación :)

Eficiencia energética y confort interior a largo plazo

En la XI Conferencia Passivhaus celebrada en Burgos a finales de 2019 se analizó el estado del sector: actualmente hay 120.000 metros cuadrados construidos bajo esta filosofía, una cifra relevante teniendo en cuenta que hace solo 8 años no había ni un solo metro construido con este estándar. En los dos próximos años está previsto construir cerca de 220.000 m2 y Europa ya ha tomado cartas en el asunto con la directiva 2010/31, que plantea que a finales de 2020 todos los edificios deben ser de consumo casi nulo.

En España esto supone un tema complejo, dado que actualmente un “edificio de consumo casi nulo” es cualquiera que cumpla con la legislación vigente, lo que implica que en un futuro próximo tanto los edificios construidos como la mayoría ahora en construcción puedan quedar obsoletos. Por ello, edificar con el estándar Passivhaus garantiza cumplir con la normativa: la búsqueda de ahorro, sostenibilidad y confort son motivos de peso suficiente para adoptarlo.

Una herramienta para luchar contra el cambio climático… y ahorrar

Aparte de obtener niveles de confort interior manteniendo un consumo energético muy bajo, las casas pasivas suponen un ahorro económico evidente. La factura energética tanto en luz como en gas al consumir hasta un 80% menos comparado con una vivienda convencional son una ventaja manifiesta.
La utilización de la luz natural en invierno, la minimización de la incidencia solar en verano, un sistema de ventilación controlado y las exigencias técnicas de construcción favorecen el acondicionamiento térmico y hacen prácticamente innecesarios los sistemas activos de calefacción, lo que supone un ahorro directo para el bolsillo de quien las habita.
Además, pueden perfectamente plantearse desde el aprovechamiento de los recursos naturales, de manera que se autoabastezcan mediante la integración de energías renovables como instalaciones hidrotérmicas, aerotérmicas, geotérmicas y placas solares fotovoltaicas. La poca energía suplementaria que requieren se puede cubrir, por ejemplo, con una instalación de autoconsumo como las que ofrecemos en Holaluz.

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Hoy las casas pasivas representan no solo el futuro si no el presente para un modelo de edificación respetuoso con el medio ambiente, clave para luchar contra el cambio climático, convirtiéndose en una construcción con un coste energético y económico muy bajo para quienes viven en ellas y para el planeta.