4 Inventos eléctricos más antiguos de lo que crees

Hay cosas que nos parecen el colmo de la modernidad y por lo tanto creemos que se inventaron ayer. Pero nada de eso, existen multitud de aparatos que sí, son modernos en el sentido de haberse adelantado a su tiempo pero que se inventaron hace mucho más de lo que parece. A ver si estos 4 te sorprenden tanto como a mí.

La máquina de tatuar

Todos sabemos que los tatuajes no son cosa de ahora y que los marineros y los presidiarios iban tatuados muchísimo antes de que los salones de tatuaje tuvieran sus propios realities.

Precisamente porque quienes se tatuaban antiguamente (por lo general) eran personas “amigas del riesgo” cuesta imaginar que lo hicieran con una tecnología similar a la de ahora.

Salvando las distancias, la máquina de tatuar de Thomas Alva Edison es lo más parecido a las que podemos encontrar ahora en cualquier estudio, sólo que él empezó a desarrollarla en 1876.

Empezó siendo un dispositivo mecánico para hacer stencils (plantillas) utilizadas para facilitarles el trabajo de los oficinistas. Constaba de una especie de lápiz mecánico y una máquina electromagnética rotatoria conectada a una batería.

Al principio perforaba y depositaba papel en tinta pero con una mejora allí y un cambio allá Edison pensó que serviría para dibujar en la piel y lo probó “en sus carnes” (nunca mejor dicho)  patentándola en 1877. Un visionario, sí señor.

Los muñecos parlantes

Otro de los inventos poco conocidos de Edison es el sistema que permite que los muñecos “hablen”. Si nos preguntaran, probablemente la mayoría de nosotros situaría esa tecnología bastante más adelante y dificilmente la asociaría con el gramófono, obra de este mismo hombre.

Hacia 1877, habiendo patentado el fonógrafo, destinado a escuchar música grabada, empezó a pensar en otros usos y a fabricarlo en diferentes tamaños. Le llevó bastante tiempo dar con la forma de aplicar esto a los juguetes (no lo consiguió hasta 1890) pero cuando lo hizo se convirtió en todo un éxito.

Eso sí, sus juguetes necesitaban revisiones constantes, ya que el mecanismo no aguantaba la marcha de los peques. El drama familiar se desataba cuando las canciones y voces grabadas en los mini-fonógrafos se convertían en sonidos dignos de una peli de miedo de las peores.

La computadora

Lo que hoy conocemos como “ordenador personal” tiene su origen en los ábacos orientales de hace 2.000 años. Pero no nos vamos a ir tan atrás.

La computación moderna, que a grosso modo sería el tratamiento automático de la información, tiene varios padres y madres. Aun así,  muchos expertos coinciden en que la primera calculadora mecánica, inventada en 1623 por Wilhelm Sickard, puso la primera piedra del megaproyecto.

Más tarde, allá por 1812, Charles Baggage proyectó y desarrolló diferentes máquinas para calcular y proyectó la máquina analítica, que no llegó a convertir en realidad, junto a su amiga y colega Ada Lovelace hija de Lord Byron y considerada una de las primeras programadoras de la historia.

En resumen y habíendome dejado muchos detalles, llevamos unos 3 siglos y pico de computación, casi nada.

Los aerogeneradores

Hace poco os hablamos de la enegía eólica, una de las fuentes renovables de producción de electricidad más utilizadas. Y volvemos a lo mismo, por muy modernos o incluso futuristas que nos parezcan los aerogeneradores, tienen historia.

Su origen lo tenemos claro, está en los molinos de viento “típicos”, que procedentes de Egipto empezaron a implementarse en Europa a partir del siglo VII. Aun así, no fue hasta 1802 cuando por primera vez se pensó en convertir la energía del viento en energía eléctrica y bastante más tarde, en 1850, se creó lo que hoy llamamos aerogenerador. Tarde por decir algo, ¡ya que tienen más de un siglo y medio!

¿Qué os ha parecido? ¿Conocíais estas historias de la historia de la electricidad?

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