Los interruptores del futuro
Hay cosas que no parecen admitir segundas interpretaciones ni dejar margen a la creatividad más allá de su apariencia. Por ejemplo, una silla puede ser de millones de colores y formas diferentes pero el funcionamiento de base parece el mismo: un soporte, una parte de asiento y otra de respaldo. Utilizarla tampoco admite muchas alternativas.
Precisamente por eso quien consigue reinterpretar este tipo de cosas puede decir bien alto que goza de una gran creatividad. Hoy, barriendo para casa, nos fijaremos en cómo están cambiando los interruptores en este sentido. Porque sí, admiten margen de maniobra.
Las primeras vueltas de tuerca
Así de primeras puede que no veáis más allá de apagar y encender pero el pensamiento creativo se basa en que todo es mejorable (y reinterpretable). Los interruptores son una buena prueba de ello.
A nivel de graduación de la luz llevamos años acostumbrados a los interruptores que la regulan pero hay otros campos que investigar, por ejemplo el de la relación entre los interruptores y lo que encienden.
¿Cuántas veces habéis ido a casa de alguien con más de dos interruptores juntos en una pared y habéis creado el “efecto discoteca”? Me refiero a esos momentos de prueba y error hasta que dais con el de la luz que queríais encender. A veces esto les pasa a los propios habitantes de la casa (lo digo por experiencia), con lo cual no es ninguna tontería querer mejorarlo.
Uno de los primeros replanteamientos más importantes sobre este tema lo hicieron dos ingenieros electrónicos, Don Norman en 1988 y Taewon Hwang en 2011. Por algún motivo el segundo (cuyo diseño tenéis en la foto de portada) ha recibido bastante más notoriedad que el primero, que pensó en algo como esto:
La idea de base es la misma: sustituir un montón de interruptores por un panel con un plano de la vivienda y controlar las luces al pulsar en cada habitación.
La versión de Norman parece más cuidada ya que sitúa el plano en horizontal e identifica al usuario el punto de la vivienda en la que se encuentra con una x, ambas cosas para orientarle mejor. En cambio el interruptor de Hwang está planteado en vertical y no dispone de esos indicadores, por lo que no parece tan rápido situarse.
Interruptores 2.0
A simple vista podemos decir que estos planteamientos suponen un avance interesante y además pueden integrarse en los nuevos sistemas domóticos (sofisticados sistemas para controlar varios dispositivos del hogar). Aun así, su desarrollo no ha obtenido demasiadas ayudas y la pregunta es evidente ¿Por qué?
Se cree que el desinterés respecto a estos avances se debe a que tienen unas “hermanas pequeñas” que les han pasado por delante: las tablets. Y es que hoy en día si pensamos en tecnología táctil es normal que un recuadro con el dibujo de un plano no sea lo primero que nos venga a la cabeza. Lo más normal es que pensemos en uno de esos dispositivos que muchos tenemos y con los que ya es posible controlar muchas cosas de nuestro día a día.
Actualmente los interruptores ya se piensan como tablets capaces de encender y apagar luces, programarlas, actuar como detectores de presencia y muchas funcionalidades más, todas ellas controlables a distancia gracias a la conexión Wifi.
La verdad es que aunque todavía no se comercializan (al menos no de forma masiva) parecen una realidad muy cercana, ¿No creéis?
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