¿Cuánto consume la lavadora?

Es posible reducir el importe que se va en pagar el consumo de la lavadora si sabes cómo. ¡Te lo contamos!

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La lavadora es la responsable de casi el 12% de nuestra factura de la luz. Aunque su descubrimiento nos ha salvado de lavar la ropa a mano (que no es poco) su uso supone casi 117€ al año en un hogar medio. ¿Es posible reducir este importe? ¡Por supuesto! ¿Quieres saber cómo?

Casi todos en casa tenemos una lavadora y la usamos de tres a cinco veces por semana (eso si no tenéis niños pequeños en casa). Así que si quieres reducir tu factura de la luz pero quieres que siga siendo una máquina la que haga tu colada ten en cuenta nuestros consejos.

Una para todos, todos para una

El famoso lema de los Cuatro Mosqueteros puede ser muy loable en muchos aspectos de la vida pero no con las lavadoras. No todas las lavadoras son iguales y por supuesto cada familia tiene «su» lavadora en el mercado esperándola. No es lo mismo ser dos personas en casa que cinco por lo que debemos elegir una carga adecuada para nuestras necesidades. ¿Por qué poner dos veces una lavadora con cinco kg de carga cuando existen lavadoras de 9 kg?

A pesar de todo sí existe una característica común que deben tener todas las lavadoras: elige una Clase A. Y es que como sucede con todos los electrodomésticos la elección de una clase eficiente supone a la larga un ahorro que justifica su mayor precio inicial. Poniéndolo en cifras, se calcula que una lavadora Clase A durante toda su vida útil ahorra respecto a una Clase G el equivalente al consumo de una familia media durante nueve meses. ¡Casi nada!

Cárgala a tope

Como ya hemos dicho en el primer punto la mejor forma de ahorrar es evitar otra colada así que llena al máximo de capacidad tu lavadora en cada lavado. ¡Pero no te pases! Sabemos que hay más de uno que trata de batir un récord al Tetris colocando calcetines en los huecos. Quizás por eso la lavadora se venga y se los queda como premio, desde luego sería una explicación plausible al «misterio de los calcetines» (que levante la mano a quién no le hayan desaparecido calcetines durante su colada).

Si no eres capaz de llenar tu lavadora a tope (quizás sois pocos en casa) no te olvides de comprar una lavadora con programa a media carga ¡a grandes males, grandes remedios!

Menos es más

Siempre que puedas utiliza ciclos de lavado cortos y económicos. Decían nuestras madres y abuelas «hay que separar la ropa blanca y de color». Hoy el problema de la mezcla de colores puede evitarse con infinidad de productos (si vuestra pareja os ha dejado toda la ropa rosa debéis saber que probablemente ha sido intencionado…) sigue siendo necesario separar la ropa, aunque en este caso por grados de suciedad. ¿Qué ganamos con esto? Adaptar cada prenda a su lavado óptimo ¡no es lo mismo lavar la camisa del trabajo que la camiseta de jugar a fútbol!

El frío es nuestro amigo

En la misma línea del punto anterior, debéis saber que los programas más económicos son con agua fría. ¿Por qué? La mayor parte de energía que consume la lavadora la utiliza para calentar el agua y es que a ello destina nada más y nada menos que el 80% de la electricidad que consume. O lo que es lo mismo, un ciclo de lavado a 90ºC consume casi el doble que uno a 60ºC y cuatro veces más que el de 40ºC. Para vuestro alivio os diremos que salvo manchas de aceite, con la mayoría de ropa será suficiente un ciclo templado o frío para que salga impecable.

El detergente sí es importante

Y no hablamos de marcas sino del tipo de detergente y el uso que hacemos de él. Por norma general los detergentes líquidos hacen «trabajar menos» a las lavadoras que los sólidos, aunque puedes solucionar fácilmente este punto diluyéndolo en agua. Pero sin duda el punto más importante es la dosificación. Sí, lo sabemos, parece que ese mini tapón de detergente no vaya a servir para nada pero lo cierto es que si superamos la dosis recomendada no sólo no conseguiremos ropa más limpia sino que encima provocaremos que nuestra lavadora consuma más (crearemos espuma innecesaria que hará trabajar más al motor de la lavadora) y lo que es peor ¡contaminaremos más! Así que ya sabéis…¡Resistiros a la tentación de «un poquito más…»!

Ella también necesita que la limpies

Si usáis descalcificantes os lo agradecerá regalándoos años de vida útil. Como hemos dicho al principio el ahorro en la elección de una Clase A será mayor cuanto mayor sea la vida útil de la lavadora, así que ella durará más y tu ahorrarás más. Como veis es un pacto beneficioso para ambos, así que cuídala. ¡No olvides limpiar su filtro regularmente! Evitarás obstrucciones y por tanto ahorrarás energía (cuánto más le cueste evacuar el agua más tiempo deberá funcionar su motor).

Aprovecha el sol

La última parte del lavado es el secado de la ropa (obviando por supuesto doblar la ropa, pero por desgracia no hay ningún electrodoméstico que cumpla esta tediosa tarea). Por supuesto la forma más económica de secar la ropa es la de toda la vida: tenderla al sol. Sin embargo por motivos varios muchas familias tenemos que recurrir a las secadoras. Si ese es tu caso debes saber que resulta mucho más económico realizar un centrifugado de alta velocidad que un ciclo más largo de secadora. Utiliza siempre que puedas el sensor de humedad para evitar que la ropa se seque en exceso, y si tu secadora dispone de «punto de planchado» (no llega a secar completamente la ropa) utilízalo. Y por supuesto no mezcles algodón y ropa pesada en las mismas cargas que la ropa ligera.

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