Stephanie Kwolek: la madre del Kevlar
En Holaluz nos gusta destacar el papel de pioneras y pioneros que marcaron un antes y un después. Hoy es el turno de Stephanie Kwolek, «la madre del Kevlar».
Creativa, testaruda, inteligente… Stephanie Kwolek inventó el Kevlar, una fibra sintética con una resistencia y rigidez excepcionales. Su aplicación en cascos y chalecos antibalas llevó este material a la fama, aunque también se usa en barcos, aviones, cuerdas, cables y muchos otros campos. Os contamos la apasionante vida de esta científica, pionera de pioneras. Y es que su aportación, como pasa con tantas otras cosas, empezó con un pequeño gesto que más tarde tuvo una enorme repercusión.
Curiosa y creativa
Stephanie nació en 1923, cerca de Pittsburg (EUA). En sus genes llevaba impresas la curiosidad y la creatividad. Su padre era un naturalista y ambos pasaban mucho tiempo paseando por los bosques y recogiendo muestras de plantas, dibujos de animales. Por desgracia, murió cuando ella tenía tan solo 10 años.
De su madre heredó la pasión por las telas y la costura. De hecho, la pequeña Kwolek imitaba a su madre haciendo vestidos para sus muñecas, primero de papel y más tarde de tela, que ella misma tejía. Era una niña muy creativa. Y deseaba convertirse en una diseñadora de moda. Aunque su madre le advirtió que si se dedicaba a la industria de la moda se moriría de hambre, Stephanie nunca apartó esa idea de su cabeza.
Testaruda y perseverante
Al igual que Ada Lovelace, otra de nuestras pioneras preferidas, Kwolek destacó por su inteligencia siendo tan solo una niña. A la pequeña Kwolek se le daban muy bien las ciencias y tenía muy buena memoria. Más tarde, cursó química en el Carneggie Institute of Technology y ya en el primer año de universidad fue invitada a un grupo de debate para presentar su trabajo, algo que sorprendió a la propia Stephanie. Ella seguía empeñada en estudiar medicina, pero no tenía suficiente dinero para pagar el doctorado. Así que decidió buscarse un trabajo y, justo después de graduarse, entró en Dupont, una empresa dedicada a la industria química, que acababa de patentar el Nylon. Allí, Kwolek participó en el desarrollo de la Licra y más tarde se unió a un grupo de investigación con quien tendría la oportunidad de realizar uno de los mayores descubrimientos de su carrera: el Kevlar.
Pionera
En 1965, y ante una escasez de gasolina, Dupont lanzó un reto a sus investigadores: debían encontrar un material que sustituyera el acero de los neumáticos y así reducir el consumo de combustible. Stephanie Kwolek empezó a experimentar y descubrió que podía disolver fragmentos de poliamidas (un tipo de fibras) en líquido y transformar la solución posteriormente en otra fibra mucho más resistente. Al probar su resistencia en una hilera, Kwolek quedó sorprendida al ver que, a diferencia del Nylon, su fibra no se rompía. El material que descubrió era cinco veces más resistente que el acero e ignífugo. El descubrimiento llevó a Dupont a abrir un nuevo campo de investigación en la química de polímeros. En 1971, después de años de perfeccionamiento y tests, la nueva fibra se introdujo en el mercado con el nombre comercial de Kevlar.
Leyenda
Desde entonces, el Kevlar ha revolucionado la industria textil y se ha hecho especialmente famoso por salvar centenares de vidas, gracias a su aplicación en la confección de chalecos y cascos antibalas. Aunque también se ha aplicado en muchos otros productos como los vehículos, el atletismo, la telefonía móvil, la fibra óptica, etc., aportando seguridad y resistencia.
Kwolek recibió numerosos premios por su invento y se convirtió en la cuarta mujer en entrar en el National Inventors Hall of Fame en 1994 y en 2003 entró en el National Women’s Hall of Fame. Stephanie Kwolek ha sido mentora de otras mujeres científicas y ha participado en programas para acercar la ciencia a los niños.
En Holaluz no hemos descubierto ningún material revolucionario (aún) pero como Stephanie, también podemos cambiar el mundo partiendo de un pequeño gesto. Tan sencillo como ofrecerte energía de origen renovable, para conseguir un objetivo más ambicioso: que el mundo se mueva solo con energía renovable.
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#PorAlgoSeEmpieza