Charlotte Cooper: la primera campeona olímpica de la historia
Hoy nos fijamos en el mundo del deporte para hablar de una mujer que marcó un antes y un después jugando al tenis. #PorAlgoseEmpieza
Con motivo de la final femenina de Wimbledon que tendrá lugar mañana en individual (hoy en dobles), dedicamos este post a Charlotte Cooper, una tenista que abrió camino en el tenis femenino con un primer título histórico y una sucesión de récords y títulos en forma de “ace” incontestable. El movimiento se demuestra andando y Charlotte lo hizo arrasando en un territorio que hasta entonces había sido totalmente hostil para la mujer. Así se forjó la leyenda.
La primera campeona olímpica (con a)
Charlotte «Chattie» Reinagle Cooper se interesó por los deportes desde bien pequeña, muy especialmente por el tenis. Como en todos los deportes y en muchos otros ámbitos, la época de finales del S.XIX y principios del S.XX era, digamos, poco propicia para las mujeres.
Aun así los padres de Chattie siempre la apoyaron y pronto empezó a desarrollar su afición, aprendiendo en el club de tenis su localidad natal, el Ealing Lawn Tennis Club.
Con 25 años llegó el primer gran momento de su carrera: en 1895 Charlotte ganó su primer título individual en Wimbledon, uno de los sueños dorados de cualquier tenista, hombre o mujer, aún a día de hoy. Teniendo esto en cuenta es fácil imaginar lo que supuso para ella siendo mujer en la época en que le tocó vivir.
Pero lo que vendría cinco años después fue lo que se marcó a fuego en la historia: Charlotte Cooper se convirtió en la primera mujer ganadora de un título olímpico, alzándose con la victoria en la final femenina de tenis de los Juegos Olímpicos de París, en el año 1900. Eran los primeros juegos en que a las mujeres se les permitió participar, así que no nos podemos imaginar lo mucho que pudo significar esa victoria para nuestra protagonista y para las mujeres de la época.
Récords, títulos y lo que le echen
Lejos de echarse a dormir después de semejante “hit”, volvió a las pistas, ganando el campeonato de Wimbledon hasta 3 veces más. Pero en 1908 hubo una quinta que le permitió “desbloquear” un nuevo récord: se convirtió en la persona más veterana en ganar el torneo con 32 años y 282 días, un récord que aún hoy sigue vigente.
En 1912 todavía seguía siendo una de las mejores tenistas del circuito y tras dos medallas olímpicas y cinco torneos de Wimbledon, consiguió llegar a la final de este torneo con 41 años. Y siguió compitiendo hasta pasados los 50.
Esta tenista es el claro ejemplo de que quienes dicen que no se puede hacer no deberían molestar a quienes lo están haciendo. Que el tenis solo lo practicaran hombres (sobre todo a nivel profesional) cuando ella empezó a interesarse por este deporte, no fue un problema. Quedarse sorda a los 26, tampoco. Charlotte Cooper no se dejó amedrantar por las supuestas dificultades que se encontró por el camino, probablemente pensó que alguien tenía que hacerles frente… ¡y que por qué no iba a ser ella! Además, cabe destacar que era conocida por ir a todos los torneos en bici, lo que nos faltaba para ser aún más fans de poster.
En Holaluz nos van las personas que se vienen arriba ante un panorama hostil y que en lugar de conformarse con lo mal que está el patio, hacen cosas para cambiarlo, por pequeñas que sean y aunque al principio solo puedan cambiar su entorno inmediato.
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