¿Sabías que tu cuerpo es una central eléctrica?
Así dicho suena a ciencia ficción, pero es real, al menos potencialmente. El cuerpo humano es una caja de sorpresas y es bastante probable que ésta no la hayas visto venir ni por asomo.
Los latidos de tu corazón, el pulso en tus muñecas o tu respiración no sólo son indicadores de que estás vivo, sino que además son procesos que generan energía. Esa energía, con la tecnología adecuada, podría convertirse electricidad y eso nos convertiría a todos en pequeñas centrales eléctricas renovables. Suena bien, ¿Verdad?
Medicina y electricidad
Hace un tiempo hicimos un primer acercamiento a la relación entre medicina y electricidad. Esta sería la aplicación más clara para la energía que genera nuestro cuerpo: que él mismo abastezca aparatos eléctricos destinados a cuidarnos. Es decir, nuestro cuerpo es muy sabio y ya se encarga de resolver por sí mismo algunos problemas, pero aprovechar la energía que le sobra para alimentar aparatos que aporten ayuda extra, sería el top de la eficiencia.
Los últimos experimentos
Ahora mismo, en alguna parte del mundo (o en varias) se está trabajando en el aprovechamiento de esta energía. La mayoría de los experimentos de este tipo se llevan a cabo mediante materiales piezoeléctricos. Este “palabro” significa que estos materiales generan electricidad al doblarse o comprimirse, o dicho de forma más técnica, cuando se ejerce una presión mecánica sobre ellos.
Y ahí entran en juego nuestras funciones fisiológicas, siendo estos algunos ejemplos:
- Xudong Wang, profesor de la Universidad de Wisconsin, desarrolló, hace un par de años, un dispositivo capaz de convertir la pequeña corriente de aire generada por la respiración en electricidad. Esta especie de micro-molino de viento, así como el resto de los que plantea el profesor Wang, (sensores para medir la glucosa en la sangre, la presión arterial o monitorizar el corazón) podrían funcionar tanto sobre la pìel como dentro de ella.
- El año pasado Rolf Vogel, profesor de ingeniería cardiovascular de la Universidad de Berna presentó junto a su equipo un sistema digno de haber sido concebido por un liliputiense. Se trata de un diminuto dispositivo capaz de extraer energía de la pequeña deformación de una arteria que se forma cuando por esta pasa el flujo sanguíneo. Esta maravilla, a la que han bautizado como “Turbina cardiovascular”, alimentaría el marcapasos del portador con la energía conseguida. Según Vogel podremos verlo en funcionamiento este mismo año.
- No menos curioso es el chip-tatuaje ideado por John Rogers, investigador de la Universidad de Illinois hace 3 años que funcionaría de un modo similar al anterior pero pegado a la piel y sin que el movimiento de ésta lo deforme. Aunque el proyecto más ambicioso de Rogers es desarrollar un chip capaz de convertir el latido del corazón en electricidad implantándolo en el propio órgano. La aplicación sería, de nuevo, aprovechar esa energía para alimentar un marcapasos de forma que no sería necesaria una intervención quirúrgica cada cierto tiempo (cada ocho o diez años) para reemplazar su batería.
De momento está en proceso de prueba pero el hecho de que tanto este como el resto de dispositivos estén tan cerca nos hace creer que el futuro está llegando. En Holaluz seguiremos atentos a su llegada :)
Aun así, ya existe una forma de producir tu propia energía eléctrica, aunque no sea tu cuerpo el que la produzca, sino el sol que baña tu tejado. ¡Hablamos del autoconsumo!Saber más