Electricidad en la antigüedad: La Batería de Bagdad
La historia nos ha dejado auténticas curiosidades. También en el mundo de la electricidad. Hoy os contamos qué es la Batería de Bagdad y por qué es tan importante en la historia de la energía.
Una de las peores cosas de la modernidad es que nos creemos que todo o casi todo lo hemos inventado hace dos días, como quién dice, y muchas veces no es así. Luego viene cuándo alucinamos al averiguar que hace cientos o miles de años ya habían pensado en aquello que consideramos tecnología avanzada. La batería de Bagdad es un caso clarísimo de esa situación, ya que hablamos de la primera pila eléctrica de la historia, creada antes del año 226 d.C. ¡Casi nada!
¿Qué es la Pila de Bagdad?
En realidad son las baterías de Bagdad, en plural, ya que se trata de un conjunto de jarrones, fabricados en el período Parto entre el año 248 a.C y el 226 d.C.
Estaban hechos de arcilla, medían unos 14 cm de alto por 4 cm de diámetro, en su interior tenían un cilindro de cobre fijado con asfalto a la embocadura del cuello y dentro del cilindro, una vara de hierro. Se cree que el espacio entre el cilindro de cobre y las paredes del jarrón se llenaba de algún líquido electrolito, que permitía la reacción electroquímica.
Para los no iniciados, un electrolito (que suele ser líquido pero también puede darse en estado fundido o sólido) es una sustancia que contiene iones libres, los responsables de conducir la electricidad.
Se cree que en la época en la que se utilizaron estos jarrones, se llenaban con algo tan simple como zumo de uva y que supuestamente se utilizaron para restaurar objetos de plata.
En esencia, se cree que funcionaba más o menos como nuestras pilas actuales y que generaban entre uno y dos voltios. ¡No está mal!
El descubrimiento de La Pila de Bagdad
El hallazgo de estas rústicas baterías fue de película. En 1936, en Kujut Rabua, una aldea cercana a Bagdad (Irak), los trabajadores del Departamento Estatal Iraquí del Ferrocarril encontraron una vieja tumba durante unas excavaciones. En su interior se encontraron 613 abalorios, figuras de arcilla y otras piezas, entre las cuales se encontraban los jarrones.
En 1939, el arqueólogo Wilhelm König, a cargo del Laboratorio del Museo estatal de Bagdad fue el primero en identificarlo como una pila eléctrica. Para llegar a esa conclusión lo llenó de un líquido electrolito, lo conectó a una lámpara y ¡voilá! la lámpara, aunque de forma muy débil, se encendió.
Esto es lo que dice parte de la historia, aunque los más escépticos afirman que la conclusión de que en su día fueran utilizados como pila no se sostiene, ya que no se han encontrado restos de electrolitos dentro de los jarrones.
Nosotros preferimos confiar en König, porque la idea de una pila casi prehistórica nos parece increíble. A parte de eso, ¿se podrían usar estos jarrones para algo mejor que para generar electricidad? ¿Vosotros con qué versión os quedáis?
Si quieres ayudarnos a hacer historia y transformar el sector eléctrico ¡Conócenos!