Tipos de bombillas: las mil y una formas de la luz
Las bombillas son esos pequeños grandes objetos que podemos llegar a amar y odiar a partes iguales. Si funcionan bien son la clave para disfrutar de una buena iluminación, pero cuándo se funden o cuándo consumen demasiado podemos llegar a maldecirlas. Sea como sea, las posibilidades son casi infinitas. Veamos algunas.
Las incandescentes, un clásico
Son las primeras que nos vienen a la cabeza cuándo pensamos en bombillas, tal cuál. Son las de toda la vida, las primeras de la historia, inventadas por Thomas Alva Edison en 1879 y sin dejar de fabricarse y venderse desde entonces, casi nada.
Iluminan mediante un filamento que se vuelve incandescente al hacer pasar una corriente eléctrica por él. Su vida útil suele ser de entre 1000 y 1200 horas, por lo tanto, aunque las más baratas, a la larga salen caras. A eso hay que sumarle que no son demasiado eficientes.
Halógenas, dirección y tensión
Éstas podemos clasificarlas en dos tipos:
– A tensión de red: tienen una potencia tan alta (entre 100 y 1.000 W) que suelen llevar un regulador de intensidad y funcionan con una conexión a la red de 220 V. Pueden llegar a estar a 650 º, por lo que llevan un revestimiento especial de cuarzo.
– A baja tensión: se usan mediante un transformador (de 12 o 24 V) y su potencia va de los 5 a los 100 W. Suelen utilizarse para direccionar la luz a un punto concreto.
Fluorescentes, luz fría pero eficiente
Como pioneros de la eficiencia energética tenemos los tubos fluorescentes, que empezaron a comercializarse en 1938, aunque el sistema que utilizan para iluminar había sido investigado mucho antes. Resumiéndolo, se trata de la ionización de los gases que contiene el tubo fluorescente mediante dos filamentos de tungsteno en los extremos que al calentarse al rojo hacen “saltar la chispa”.
Duran entre 6.000 y 10.000 horas y convierten en luz hasta un 30% de la energía que producen, batiendo claramente a las bombillas incandescentes, que sólo convierten un 10%.
Bajo consumo, eficiencia adaptada
Son una especie de mini-fluorescentes en versión bombilla. Dicho de otra forma, el mecanismo que utilizan para iluminar es similar pero su forma está adaptada a la de las bombillas tradicionales.
Son las más eficientes, ya que consumen hasta un 80 % menos que el resto de bombillas. Eso equilibra el hecho de que sean bastante más caras que las demás.
Leds, las últimas en llegar
Las bombillas tipo led serían la versión 2.0 de las de bajo consumo. Todavía son novedosas y por lo tanto bastante caras, pero los buenos resultados que se obtienen con ellas ayudan a amortizarlas con cierta rapidez.
No consumen más de unos 4W, no emiten calor y duran mucho más que sus predecesoras.
Hasta aquí el repaso a algunos de los modelos que se comercializan actualmente. Dejamos para otro post el repaso a las que todavía están en fase de prototipo, como las de galio. ¿Alguna experiencia, positiva o negativa que hayáis tenido con alguna de estas bombillas y que nos ayude a ampliar conocimientos?