Energía renovable en 2017: la gran esperanza verde (I)
2017 empezó con el protagonismo absoluto de una fuente de energía renovable de la que se habló incluso fuera del sector eléctrico: la lluvia. Aunque en su momento explicamos que si se opta por tarifas con precio fijo no hay que estar pendientes de la meteorología, obviamente sabemos que el desarrollo de la energía hidroeléctrica nos beneficia y mucho. Que la producción de energías renovables crezca ayuda a que, poco a poco, el mix general en el que compramos todas las comercializadoras sea cada vez más verde. Hoy empezamos a analizar las novedades principales de la energía renovable en 2017 y explicamos por qué creemos que es nuestra gran esperanza.
Una nueva subasta que sumará 2.000 MW verdes
Todavía no hay fecha definida, pero está previsto celebrar una nueva subasta de potencia de energías renovables en el primer semestre de 2017, para conseguir la adjudicación de 2.000 megavatios de potencia renovable. Ese incremento elevará un 10% la potencia de renovables instalada actualmente, que es de más de 30.000 MW. Esto nos deja un poco más cerca de uno de los objetivos fijados por Europa: que en 2020 el 20% del total de la energía consumida en España sea de origen renovable.
Esta subasta tiene origen sobre todo en la ausencia de primas a las renovables que se ha dado en los últimos meses, lo que ha propiciado que se presenten a subasta productores eléctricos a pequeña escala. Esto pone en una situación delicada a los grandes productores, que de algún modo deben “responder” a la pregunta ¿A cuánto estás dispuesto a producir a parte del precio de mercado y sin primas?
En la subasta, la energía eólica y la solar fotovoltaica son las “niñas mimadas”, siendo las tecnologías que tienen más opciones de adjudicarse megavatios. Hablando un poco de nuestra relación con estas tecnologías, en nuestra actividad como representantes de productores de energía verde, alrededor de un 35% de esa representación corresponde a fotovoltaica y aunque todavía no tenemos a la eólica en cartera, por supuesto estamos totalmente abiertos a ello.
Sea como sea, como decíamos, es el cliente final, el usuario eléctrico, el que sale más beneficiado. Por un lado, al no tener costes de materia prima bajarán los costes de producción y por tanto se reducirá el precio de la electricidad en el mercado mayorista. Por otro lado, además de que todo esto contribuye al fomento de la producción de renovables a nivel mundial, como sabemos, este impulso a las renovables repercute de forma más que positiva en el medio ambiente.
Buenos tiempos para el autoconsumo
Aunque hacía tiempo que no hablábamos de él en los artículos del blog, sí hemos ido respondiendo a algunas de las preguntas que os hacéis entorno a este tema en comentarios y hemos compartido noticias en nuestras redes sociales.
¿Y qué mejor que este post sobre energía renovable para volver a hablar de aquella que podemos producir para nuestro propio consumo? Por si no conocías el término, esa es la definición básica de autoconsumo, aunque como pasa con los productores que vuelcan su energía en el mix general, en el caso de los que producen para consumirla ellos mismos también hay tamaños.
Y como a veces el tamaño sí importa, el tan llevado y traído “impuesto al sol” tiene en cuenta este aspecto a la hora de ser aplicado. Esto se traduce en que este impuesto, que grava la energía que se autoconsume (no la que se produce), se aplica a aquellas instalaciones de autoconsumo eléctrico denominadas de tipo 2 y a las de tipo 1 de más de 10 kW de potencia. Aclaremos cuál es cuál:
- Tipo 1: Hasta 100 KW de potencia, produce solo para sí mismo
– De menos de 10 kW (No pagan “impuesto al sol”)
– De más de 10 kW (pagan impuesto al sol)
- Tipo 2: Más de 100 kW, produce para sí mismo y vende excedente (pagan “impuesto al sol”)
Esto quiere decir que la gran mayoría de instalaciones de autoconsumo domésticas, las de tipo 1 de menos de 10 kW están exentas de pagar un impuesto que ha frenado demasiado al productor particular por culpa de la desinformación y de una normativa mal definida. Por suerte, parece que este año se esperan cambios positivos en este sentido.
Por otro lado, a nivel internacional se está dejando de apostar por el balance neto (tener contrato con una comercializadora que da soporte cuando no se produce suficiente y volcar a la red cuando hay excedente), al que nosotros apoyábamos pero que no ha llegado a aprobarse en España.
En su lugar, se imponen las baterías eléctricas, que permiten almacenar el excedente para usarlo cuando no produzcamos suficiente en tiempo real. Y ahí estamos nosotros, probando diferentes modelos para acompañaros en el apasionante camino de producir vuestra propia energía.
En un segundo capítulo repasaremos las energías renovables que creemos que marcarán tendencia este año y os daremos algunos datos más sobre la producción de energía más respetuosa con nuestro planeta :)
ACTUALIZACIÓN: tras la aprobación del RDL 15/2018 el pasado 18 de octubre de 2018, (que entre otras cosas eliminó definitivamente el «impuesto al sol»), el autoconsumo compartido pasó a ser legalmente reconocido: “se reconoce el derecho al autoconsumo compartido por parte de uno o varios consumidores para aprovechar las economías de escala”. De esta forma, la situación de alegalidad en que se encontraba este tipo de autoconsumo desde el 2 de julio de 2017 (fecha en que se anuló su prohibición) queda resuelta, algo que influirá directamente en la normalización de instalaciones y procesos de legalización.